CAMINO DE LA PEREGRINACIÓN



1) PROGRESO, PARROQUIA SAN ANTONIO Mª CLARET


Nos reunimos en la Parroquia de San Antonio Mª Claret, que nos ilumina con su ejemplo de misionero. De aquí parte nuestra peregrinación.

2) MONASTERIO DE LA VISITACIÓN DE SANTA MARÍA (SALESAS)

El monasterio de la Visitación de Santa María un alto con monjas de clausura.
Renovamos la consagración del Uruguay al Sagrado Corazón hecha por el Beato Jacinto en 1875.



       


3) JUANICÓ

Llegamos a la Iglesia de Santa Teresita del Niño Jesús.

             


4) SANTA TERESITA DEL NIÑO JESÚS

Nos recibe Santa Teresita del Niño Jesús.

         


5) CANELONES, SANTUARIO VIRGEN DE GUADALUPE

Llegamos al Santuario de la Virgen de Guadalupe.

       

Entramos al Santuario.

         


7) VIRGEN DE GUADALUPE

                 


La imagen de la Santa María de Guadalupe desde 1759 nos acoge como madre en Canelones para llevarnos a Cristo.

8) BEATO JACINTO VERA

Encuentro con el Beato Jacinto Vera.

              

9) FLORIDA

En Florida nos recibe la Virgen en su casa.


         


10) SANTUARIO NACIONAL DE SANTA MARÍA, LA VIRGEN DE LOS TREINTA Y TRES

Entramos al Santuario.



11) VIRGEN DE LOS TREINTA Y TRES

Nos encontramos con la Virgen de los Treinta y Tres.

           

La pequeña talla de la Agraciada Virgen de los Treinta y Tres nos aguarda y recibe en su casa, su Santuario de Florida; para unirnos a Ella, con toda la Iglesia y entregarnos por Cristo al Padre, en el culto perfecto de la Iglesia.

12) VIVIMOS EL DOMINGO PLENO

La culminación de nuestro peregrinar es celebrar el DOMINGO pleno: en el atardecer del sábado celebramos las I Vísperas del Domingo, luego en la mañana cantamos Laudes a Cristo resucitado, vivimos la plenitud del culto alabanza y acción de gracias en la Misa Solemne, culminamos en la tarde con las II Vísperas Solemnes.
¡todo un Domingo como lo vive la Iglesia!

            


El Domingo es ya participación del culto en la Jerusalén del cielo, comienzo y anticipo de la vida eterna, con Jesucristo, ante el Padre, en la comunión del Espíritu Santo, con la Santísima Virgen, los ángeles y los santos. Cada Domingo es una “estación” que nos acerca a la patria celestial e ilumina y da sentido a la marcha, el peregrinar de la semana que comienza.